Mark Lowcock, coordinador de la ONU para asuntos
humanitarios, alertaba
hace unos días sobre la situación en Yemen afirmando que "Nos quedamos sin tiempo. Las tasas de
malnutrición se hallan en registros récord y 400.000 niños padecen malnutrición severa. Se encuentran en sus
últimas semanas o meses de vida. En todo Yemen 16 millones de personas pasan hambre, incluidos cinco millones que
están a un paso de la hambruna" y continuaba señalando
que “el
único camino hacia la paz es mediante un alto el fuego inmediato a nivel nacional y un conjunto de medidas de
fomento de la confianza, seguido de un proceso político inclusivo dirigido por
Yemen bajo los auspicios de las Naciones Unidas y con el apoyo de la comunidad
internacional. No hay otra solución”.
Según Greenpeace, “en colaboración con investigadores independientes y elDiario.es, inició una investigación con el objetivo de ahondar en el destino y uso final de armas españolas exportadas en países involucrados en la guerra de Yemen” e informa que “ha descubierto un vídeo, publicado en las redes sociales TikTok e Instagram hace unos meses, muestra tanto el desplazamiento de varios vehículos todoterreno de la Guardia de Fronteras saudí que portan los morteros Alakran, como su despliegue y utilización. La investigación ha determinado que una de las carreteras por la que transitan los vehículos con los morteros en dirección a Najran, se encuentra a tan solo tres kilómetros de la frontera con Yemen, en una zona muy conflictiva donde se han librado numerosos ataques indiscriminados que han alcanzado a la población civil.”
En un
artículo de elDiario.es de marzo de este año titulado “Esto es la devastación: Yemen”, el
Representante de ACNUR en ese país, Jean-Nicolas Beuze, aseguraba que “En 23 años de trabajo humanitario, pocas
veces he presenciado tanta miseria y desesperación”. Y es que ya
en 2019 la ONU calculaba en 233.000 las
muertes en Yemen, casi la mitad
niños menores de 5 años.
En octubre
de 2017 elaboramos un
informe en dos
partes titulado “everis o como
moldear trabajadores a su gusto” en el que, entre otros asuntos, nos
adentrábamos en la
camaleónica trayectoria política del actual presidente del grupo everis Eduardo Serra, que va “desde ocupar cargos políticos al más alto
nivel en el Ministerio de Defensa en el año 1982 con la UCD, pasando por la
etapa socialdemócrata del PSOE como Secretario de Defensa hasta coronar en el
gobierno del PP de Aznar la cartera de Ministro de Defensa, cuando puso en
marcha despilfarradores Programas
Especiales de Armamento que dejaron un agujero de más de 30.000 millones de
euros en las arcas del Estado. Como colofón y premio a los servicios
prestados a la industria de la guerra, Serra ostenta también la presidencia de
la Asociación Atlántica Española,
una entidad surgida para dar
cobertura al brazo armado por excelencia del imperialismo, es decir,
a la OTAN”.
En aquel
comunicado destacábamos que everis “posee
una división denominada Aeroespacial y
Defensa, dedicada a la fabricación de
armamento ligero (fusiles de asalto, ametralladoras,
lanzagranadas), sistemas de armas (obuses, sistemas antiaéreos/antimisiles,
lanzacohetes), blindajes, municiones, vehículos y materias activas. Destacan artilugios
militares como el Alakran, distinguido como el sistema más innovador en el
congreso Future Mortar
Systems del año 2016 y del que ya se han vendido
100 unidades a un cliente aún
desconocido, aunque se sabe que un Estado tan bélico y tan irrespetuoso con la
justicia social como Israel es aliado
habitual de everis en asuntos
militares”.
También nos
hacíamos eco de las declaraciones que el señor Serra le hizo a Jordi Évole en
una entrevista realizada en septiembre de 2012. Según
LA SEXTA, el periodista “le pregunta
a Eduardo Serra si vendería armas a un país donde no hay libertad de
expresión o se lapida a una mujer. Serra
afirma que en su época no se vendían armas a Arabia Saudí pero defiende que se haga alegando que “la política internacional es tan complicada
que hay que jugar con una variante y si no te manchas las manos, no harás nada””.
Como se ve,
hace más de 4 años que desde CSC venimos denunciando el carácter belicista del
grupo everis, cuyo máximo representante alardeaba de mancharse las manos con
tal de conseguir sus objetivos. Con esos espurios principios éticos, al
llamamiento de la ONU advirtiendo de que “el único camino hacia la paz es mediante un alto el
fuego inmediato”, everis
reaccionaba negociando “en secreto en 2017 con el
Gobierno de Arabia Saudí la venta de armamento por más de 108 millones de
dólares (88,8 millones de euros), según una investigación de varios meses de
elDiario.es. El negocio, partido en dos contratos distintos, fue aprobado por
el Gobierno de Mariano Rajoy (compañero de Serra en el Consejo de Ministros
entre 1996 y 2000) a pesar de que Arabia Saudí ya estaba implicada en la guerra
de Yemen y en un momento en que el Parlamento Europeo pedía que no se le
vendiera armamento a aquel país ante el riesgo de que fuese utilizado en el
conflicto, tal y como acabó ocurriendo”.
Nadie podrá negar que everis y
el Estado español son responsables directos de la masacre de 233.000 personas.
Eduardo Serra, everis y el Estado español tienen manchadas las manos de sangre.
Multinacionales sin escrúpulos como everis, Estados serviles a los intereses
del gran capital como el español y organismos internacionales como la Unión
Europea o la ONU que intentan humanizar un sistema inhumano por naturaleza: así
se cierra el macabro círculo del beneficio empresarial costeado con millones y
millones de víctimas humanas.
Pero como ya nos
enseñaron los padres del socialismo científico "La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y
la segunda como una miserable farsa".
El 26 de febrero de 2021, los trabajadores de everis
recibíamos un correo de la empresa con el asunto “#energy Buda en un Benz se hace global” con el que, bajo el epíteto
“Primero tú | Conéctate para evolucionar”,
nos anunciaba que “Tras el éxito en América, el programa ‘Buda en un Benz’ se expande
también a toda Europa”. Comenzaba así la saga “Buda en un benz” en la
que hasta ahora han participado figuras estelares de la compañía como Juan
Yáñez, CEO everis Américas, Jordi
Taña, Director Ejecutivo de la Oficina de
Barcelona (España), Fernando Óscar Blanco, Director Utilities de everis México, Flora García, Socia responsable de People, Preethaji, Cofundadora O&O Academy, Ricardo
Neves, CEO everis Brasil, Víctor
Miguel Sierra, CEO everis USA o Carla
Kamoi, Head of Marketing &
Communications en everis Americas.
Con ‘Buda en un Benz’ queda en evidencia
una vez más la infinita hipocresía, cinismo y desfachatez de una empresa como
everis que, siendo cómplice del genocidio de más de 200.000 personas y el
desplazamiento forzoso de cuatro millones, se permite el bochornoso espectáculo
de pretender inculcar entre sus más de 27.000 trabajadores la idea de “conectar contigo mismo, fomentar tu
bienestar personal y el de los que te rodean, y evolucionar mediante técnicas
que te ayudarán a elevar tu poderosa consciencia”, sin olvidarnos de los 42
trabajadores a los que desde junio de 2019 la empresa les ha aplicado un
despido disciplinario usando el Artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores
que indica que el despido está “basado en
un incumplimiento grave y culpable del trabajador”. Esto es, la empresa
impone la sanción máxima a estos trabajadores, la gran mayoría de las veces por
una supuesta disminución en el rendimiento laboral, sin aportar prueba ninguna,
sin previo aviso y reconociendo a la misma vez la improcedencia del despido al
entregar al trabajador despedido un documento con el finiquito incluyendo la
indemnización por despido improcedente. Es así como everis se esfuerza por “conectar contigo mismo, fomentar tu
bienestar personal y el de los que te rodean, y evolucionar mediante técnicas
que te ayudarán a elevar tu poderosa consciencia”.
¿Hasta cuándo estamos dispuestos los trabajadores a soportar esta situación, compañeros?
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