Ilustra perfectamente la hipocresía del sistema socioeconómico capitalista el hecho de que instituciones religiosas que tanto se enorgullecen de practicar la “justicia social” como la Compañía de Jesús -que dirige tanto la Universidad Pontificia de Comillas como el Colegio Sagrada Familia de Valladolid- no hayan tenido reparo alguno en firmar acuerdos de colaboración con una empresa como everis, que posee una división denominada Aeroespacial y Defensa, dedicada a la fabricación de armamento ligero (fusiles de asalto, ametralladoras, lanzagranadas), sistemas de armas (obuses, sistemas antiaéreos/antimisiles, lanzacohetes), blindajes, municiones, vehículos y materias activas. Destacan artilugios militares como el Alakran, distinguido como el sistema más innovador en el congreso Future Mortar Systems del año 2016 y del que ya se han vendido 100 unidades a un cliente aún desconocido, aunque se sabe que un Estado tan bélico y tan irrespetuoso con la justicia social como Israel es aliado habitual de everis en asuntos militares.
Probablemente tales logros conseguidos por la española everis guardan relación con el hecho de que su actual vicepresidente Eduardo Serra sea quien es y tenga la trayectoria que tiene: desde ocupar cargos políticos al más alto nivel en el Ministerio de Defensa en el año 1982 con la UCD, pasando por la etapa socialdemócrata del PSOE como Secretario de Defensa hasta coronar en el gobierno del PP de Aznar la cartera de Ministro de Defensa, cuando puso en marcha despilfarradores Programas Especiales de Armamento que dejaron un agujero de más de 30.000 millones de euros en las arcas del Estado. Como colofón y premio a los servicios prestados a la industria de la guerra, Serra ostenta también la presidencia de la Asociación Atlántica Española, una entidad surgida para dar cobertura al brazo armado por excelencia del imperialismo, es decir, a la OTAN.
Pero hay más. A partir del año 2000 Serra abandonó su actividad política parlamentaria e inició su incursión en el mundo empresarial en el sector de la consultoría. En Septiembre de 2010, siendo presidente de la Fundación everis, entregó en audiencia privada al Rey Juan Carlos el informe Transforma España en representación de la Fundación del mismo nombre. Dicho informe recogía una premonitoria idea: “El lema Podemos se ha convertido recientemente para España en una poderosa divisa en el campo deportivo, por el espíritu que ha insuflado entre jugadores y seguidores, y los triunfos extraordinarios que ha cosechado. Este lema es perfectamente válido aquí, tal y como se le conoce, o evolucionando hacia un Juntos podemos, por poner todavía más énfasis en el valor del colectivo”.
Un año después irrumpiría nada espontáneamente el movimiento 15M, precursor de PODEMOS. En abril de este año sumaba otro cargo más dentro dentro de la patronal al convertirse en el primer presidente de DigitalES, la nueva asociación que agrupará a algunas de las mayores empresas del sector de las tecnologías de la información de España tras abandonar la histórica AMETIC.
Con semejante currículo no es de extrañar que el sexto monopolio del sector tic en el mundo, el grupo japonés NTT Data, pusiera su mirada en la empresa que el señor Serra abandera con ese magistral don de gestión combinando lo público y lo privado. Así, en el Consejo de Ministros celebrado el 27 de febrero de 2015, en el apartado “INVERSIÓN JAPONESA EN SOCIEDADES RELACIONADAS CON LA DEFENSA NACIONAL” se puede leer que “El Consejo de Ministros ha autorizado la inversión extranjera realizada por la sociedad japonesa NTT DATA Corporation, destinada a actividades relacionadas con la defensa nacional, en la sociedad española Everis Participaciones S.L.U., e, indirectamente, en sus cuatro sociedades filiales y sus cinco participadas. El objeto de este Acuerdo es buscar la creación de sinergias, no sólo a nivel geográfico, aprovechando la presencia del Grupo Everis en zonas y países donde NTT DATA no tenía presencia, sino también funcional a través de la red de centros para proveer servicios a clientes en países europeos”. Ya vemos quiénes y con qué intereses manejan eso del tan recurrente orgullo patrio que tanto jalean a los trabajadores de unas regiones y otras del Estado español. En total 165 millones de euros de inversión directa sobre el 100 por 100 de las acciones constitutivas del capital social de everis, más otros 30.251.126 € de inversión indirecta en las filiales. Ahí es nada.
Por si no hubiera quedado claro hasta qué punto Eduardo Serra es todo un hombre de estado capitalista que conecta el mundo empresarial con los resortes más profundos del poder económico y político, vamos a hacer mención a dos perlas suyas. La primera la reprodujo Libertad digital (un portal de propaganda capitalista cuyos máximos responsables formaron parte -junto con el mismísimo Serra, Marc Alba Otero, José Ignacio Goirigolzarri y David García Hernández, todos ellos directivos de everis/DMR- de la punta de lanza del proyecto Democracia Real Ya) al concederle una entrevista en el año 2012, en la que Serra sostenía que “Yo llamo empresario al señor que crea riqueza y al que lo consigue ganando dinero. Dígame usted qué nos ha quitado al resto de la humanidad Bill Gates y gana más dinero que 600 millones de seres humanos, pero no le ha quitado nada de nada a esos 600 millones”. Semejante idolatría sobre la figura del empresario se desmonta fácilmente siendo conscientes de dónde proviene la riqueza: que venga este señor de la mano de su amigote Bill Gates a cualquiera de los Centros de everis e intenten hacer ellos solitos lo que 400, 500 o 600 trabajadores realizamos diariamente. La segunda de las perlas vertidas por este representante del capital es mucho más reciente y tal vez más desalmada. La soltó en una entrevista para LA SEXTA TV y decía así: “la prioridad de un Estado es la Defensa, por encima de Educación y Sanidad, a lo que añadió que “la política internacional es tan complicada que hay que jugar con una variante y si no te manchas las manos, no harás nada” en referencia a Arabia Saudí respondiendo así a la pregunta que le hacía el entrevistador de si vendería armas a un país donde no hay libertad de expresión o se lapida a una mujer. Este es el talante democrático de los capitalistas.
En resumen, las grandes empresas como everis no pueden esperar de brazos cruzados a los estudiantes recién titulados porque no alcanzarían los márgenes de beneficios deseados. Y por ello deben afianzar el control total sobre las mentes de los futuros trabajadores que la patronal deberá contratar para seguir expandiéndose por el mundo. Es una cuestión estratégica mediante la cual no dudan en asaltar y conquistar desde la etapa educativa cada vez más temprana a los estudiantes para, previo desembolso matricular, inculcarles que deben plegarse a sus dictados y estar eternamente agradecidos por convertirse en dóciles “empleados” a razón de 10.500€ de sueldo bruto anual de entrada. Maquiavélicas iniciativas patronales, apuntaladas por sus servidores en la comunidad educativa pública y privada, que coinciden con una coyuntura económica donde las ganancias de las empresas crecieron de media más de un 24% en los dos últimos años, mientras que la retribución de los trabajadores no sólo no mejoró sino que cayó un 0,3%. Dicho de otra forma, los beneficios empresariales crecen cien veces más que el salario medio. Como ejemplo práctico ahí tenemos las cifras publicadas por everis del pasado año fiscal que analizábamos en un comunicado anterior que viene bien recordar: unos ingresos globales de 1.031 millones de euros (26% más que el año anterior) y unos beneficios de 96 millones lo cual representa un 29% más que el año anterior. ¿Acaso tú salario ha aumentado un 29%? Todo ello mientras se ha implantado un modelo de carrera que incumple el ya de por sí nefasto convenio sectorial y está centrado en la congelación salarial. Blanco y en botella.
Los trabajadores somos los que producimos todo con nuestra fuerza de trabajo. Construimos los colegios donde se educan nuestros hijos, los hospitales donde cuidamos a nuestros enfermos, las carreteras por las que nos desplazamos al centro de trabajo, las viviendas donde vivimos; fabricamos aviones, barcos, trenes, camiones, atendemos a otros trabajadores en los centros comerciales, en la atención telefónica… Toda la riqueza material y espiritual del país es fruto de nuestro trabajo. Sin embargo, nuestras condiciones laborales y sociales cada día son más precarias, antes, durante y después de las crisis económicas que inevitablemente surgen una tras otra en un sistema incontrolado, que nos empobrecen a los trabajadores y enriquecen aún más a los grandes empresarios. Es hora de unirnos y reconocernos como pertenecientes a una clase social que está siendo llevada a la miseria material y también moral porque sufriendo lo que sufre no se pone en pié para exigir sus derechos. Para ello, necesitamos fortalecer el sindicalismo de clase, o sea, la Coordinadora Sindical de Clase. Únete a nosotros.
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