Este verano nos ha sorprendido no tener ninguna solicitud o información por parte de la empresa de modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo para los trabajadores del proyecto EPO, como venía siendo habitual en los últimos años a fin de cumplir uno de tantos contratos que se firman sin tener en cuenta los derechos de los trabajadores. Sin embargo, antes de que terminase la jornada intensiva los trabajadores de este proyecto volvieron a verse empujados a someterse a los caprichos de la Empresa “por necesidades del proyecto”.
Así, antes de que terminase agosto, estos trabajadores fueron informados de que “todo el que pudiera” debía ir presencialmente a la oficina y trabajar 12 horas diarias durante todo septiembre porque “había que entregar” a final de mes, asegurando en todo momento que se iban a pagar todas las horas extras, afirmación falsa desde que se pronuncia, pues la realización de 12 horas diarias durante todo un mes excede holgadamente el máximo anual de horas extras definido en el Estatuto de los Trabajadores, como bien os explicamos en la serie “Conoce tus derechos” e incumpliendo además el periodo mínimo de 12 horas de descanso entre jornadas establecido en el artículo 34.3 del Estatuto de los Trabajadores (ET).
No contentos con esto, el último fin de semana de septiembre se le pidió a estos trabajadores un pequeño esfuerzo más para trabajar también en sábado y domingo (25 y 26), aumentando la cuenta en algunos casos en 24 horas extras más, es decir, 112 y 116 por encima de la jornada habitual dependiendo de la modalidad de jornada.
Si a estas cifras le sumamos las posibles horas extras que hubieran podido hacer y probablemente muchos trabajadores hayan hecho previas al mes de septiembre, nos encontramos con compañeros que han hecho jornadas maratonianas pensando que iban a cobrar las horas extras para que justo antes de terminar el mes, el 29 de septiembre, los responsables del proyecto volvieran a reunir a los trabajadores para decirles que ya no había que hacer más horas extras (como si hubieran hecho pocas), pero que sólo podían pagar las primeras 80 hhee de cada trabajador, tal como indica el apartado 35.2 del ET.
Esta situación se vuelve aún más sangrante si tenemos en cuenta que uno de los responsables del proyecto es JRMG, delegado del Comité de Empresa, delegado de prevención y Presidente del Comité de Seguridad y Salud. Es decir, un Representante de los Trabajadores y máximo responsable del órgano paritario que debe velar por la seguridad y salud de los trabajadores ha sido uno de los promotores de este atropello, no sólo ignorando las recomendaciones sanitarias contra la Covid sino también los informes de la OMS que destacan el exceso de trabajo como una de las principales causas de muerte en todo el mundo.
Para colmo de la desvergüenza, este representante de los trabajadores no contento con mentir a los trabajadores que tiene a su cargo, ante una solicitud general de información a la empresa que ASC llevó al Comité, se sintió aludido y se apresuró a asegurar que en el proyecto EPO todo se estaba llevando a cabo con voluntariedad y “naturalidad”, mostrando con qué cinismo algunos pasan de representar supuestamente a los trabajadores a representar a la empresa en un abrir y cerrar de ojos. Y es que los trabajadores de EPO están tan acostumbrados a que se pisoteen sus derechos, que asumen como natural cumplir con cada esfuerzo que se les pida, como las langostas asumen el aumento de temperatura gradual antes de que el calor acabe con sus vidas.
Ante la falta de respuesta por parte del equipo de EPO, en otros proyectos no han dudado en ir replicando las propuestas de acudir a la oficina sin motivos que lo justifiquen, a pesar de que la crisis sanitaria aún no ha remitido del todo (al menos eso argumenta la empresa para mantener masivamente el “teletrabajo COVID”), y que la situación en la oficina está lejos de acercarse a la normalidad, sea esta nueva o vieja (hay puestos físicos sin los materiales básicos, cada cual se sienta donde puede cuando llega, aún hay limitaciones para el uso de salas, offices, etc…).
Se demuestra así que ante la falta de respuesta de un grupo de trabajadores que está siendo pisoteado, se termina salpicando al resto y que los abusos que se comenten contra los trabajadores de unos proyectos no pueden dejar indiferente al resto, pues sólo la respuesta colectiva coordinada y organizada puede poner freno a los continuos atropellos que esta empresa y tantas otras comenten cada día contra los trabajadores.
¡Compañero! ¡Compañera! Organízate en ASC y comienza a defenderte de los abusos.
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