Los sindicatos
firmantes del convenio sectorial de consultoría, y actualmente en la mesa de
negociación, CCOO y UGT, han convocado para la semana del 20 de junio
cibermovilizaciones que finalizarán con un paro de 2 horas el día 23. Dichas
acciones son convocadas con el objetivo de protestar por el bloqueo de la
patronal en la negociación y las condiciones de precarización que la patronal
quiere imponer en el nuevo convenio sectorial, y que ellos mismos resumen en:
Desde ASC no
podemos más que calificar dichos actos reivindicativos como una auténtica
tomadura de pelo a los trabajadores, por múltiples
causas que detallamos a continuación:
-
Por tratarse de una convocatoria a “la
defensiva”, que trata de “evitar” nuevas condiciones abusivas que sólo están en las
declaraciones de la patronal, que no serán legales mientras no lo firmen esos
sindicatos, y para lo cual no necesitan convocar movilizaciones. Unas
condiciones abusivas que convenientemente infladas, para después poder vender
su supuesta capacidad de freno que ha significado su “pericia” negociadora cuando firmen un convenio repleto de las
pérdidas de derechos que desde el principio la patronal quiere incluir.
-
Por ser, además, unas condiciones que han sido consentidas por los
sindicatos negociadores y que ahora hipócritamente critican. Condiciones que la patronal quiere legalizar en el convenio pero que son utilizadas de forma normalizada mediante
su imposición en las empresas del sector, contraviniendo la ley, pero que los
sindicatos negociadores no sólo no denuncian y, por tanto, consienten, sino que tratan de justificar a las empresas ante la Inspección
de Trabajo, mientras sus delegados son los primeros incumplidores,
abusando de las horas extraordinarias, por ejemplo.
-
Por no incorporar una tabla de reivindicaciones de derechos claramente
definida, que evitan añadir para poder así enmascarar
la posterior traición de la firma de un convenio de mínimos, de forma que las
reivindicaciones que necesita el sector no hagan de contraste con el abismo que
las separa de las condiciones miserables que firmen finalmente. Así como para
que una tabla de reivindicaciones clara no los distancie de la llegada de un
acuerdo con la patronal.
-
Por ser unas convocatorias de movilizaciones ridículas, que no son más que un calco de la actuación que estos mismos
sindicatos tuvieron previamente a la firma del actual XVII Convenio sectorial
en 2017, al igual que los inocuos pasacalles de delegados
sindicales, con el uso de sus horas sindicales, que han precedido a esta
convocatoria.
-
Por lo endeble de la convocatoria
(cibermovilizaciones, firmas en change.org, un paro de 2 horas), cuya nula
capacidad de presión las hace inocuas si lo que se pretende es forzar a la
patronal a cambiar su postura extremista. En contraste, podemos observar la
huelga del sector del metal en Cantabria, que estos mismos sindicatos convocan,
y que acumula ya 19 días de paro en el sector, o el
mismo sector de Contact Center, cuyo convenio sufre igual retraso al del sector
TIC, más de 2 años, pero que ya acumula dos jornadas de huelga. Lo que da
una idea de la sumisión que la direcciones sectoriales de ambos sindicatos a la
patronal, que conscientes de la gran capacidad de presión del sector en toda la
economía, y por tanto la capacidad de arrancar derechos laborales, tratan de
mantener desmovilizada como servicio a la patronal a la que sirven.
-
Por tratarse de la escenificación de una beligerancia teatralizada para
impedir la movilización real del sector,
tratando así de buscar el fracaso en la
desmovilización del sector que ellos mismos obstaculizan, para justificar la
firma de un nuevo convenio de traición, como ocurrió en 2017 con el XVII
convenio, o para facilitar la
dilatación de años de la negociación, y la equivalente congelación salarial
primero y posterior pérdida de poder adquisitivo, que alcanzó más
del 30% en el período 2010-2020, al renunciar con su firma a subidas salariales
durante el período 2010-2017, y que lleva más del 15,9% desde 2020 hasta la
fecha.
-
Por no dar participación ni implicar a los trabajadores en su
convocatoria, ni darles el poder de decisión, la forma
en que han sido convocadas, unilateralmente por las direcciones de esos
sindicatos, sin asambleas en los centros
de trabajo para recabar la posición de los trabajadores, ni las reivindicaciones
a llevar a la movilización, ni la forma que han de tener las mismas, es
decir sin tratar de organizar e implicar a los trabajadores dándoles el poder
de decisión democrático que les corresponde, garantizando con ello el fracaso
de la movilización con el que justificar la firma de un convenio de mínimos y
con pérdidas. Un poder de decisión sobre la negociación y la movilización que
dichos sindicatos tratan de alejar de los trabajadores de forma que tengan vía
libre para poder negociar prebendas con la pérdida de nuestros derechos.
-
Porque las reivindicaciones de la patronal por las que dicen protestar
se parecen demasiado a las que ellos mismos han ido proponiendo o que ya
firmaron anteriormente, (y que no recopilan para que
pasen desapercibidas), haciendo un
ejercicio de cinismo mayúsculo:
●
Los 14.000€ de sueldo son
precisamente los sueldos de partida que propusieron en su plataforma de
negociación actual.
●
La desregulación de la jornada
semanal que quiere imponer la patronal, los sindicatos están dispuestos a aceptarla,
pues en su propia propuesta de negociación se incluye la nocturnidad, la turnicidad, trabajos en festivos y guardias.
Sólo han escenificado junto a la patronal la retirada de ésta de su pretensión
de ampliar la jornada a los sábados, con las
“movilizaciones” de los delegados sindicales. Con este “logro”, el camino para
hacernos tragar con la desregulación de la jornada semanal con la que disfrazar
las horas extras y poder exceder el límite anual legal o diario, además de
compensarlas a menor coste, está más cerca.
●
La ambigüedad en la clasificación profesional
que ahora critican fue la que ellos mismos firmaron en el 2017, y siguen
reclamando para el nuevo convenio.
-
Porque se olvidan de las reivindicaciones del sector:
●
De garantizar las
compensación de costes asociadas al teletrabajo, y de forma retroactiva desde la pandemia.
En lugar de obligar a la negociación en el convenio sectorial, se dedican a
llegar a acuerdos en cada empresa, dividiendo las fuerzas debilitando la
posición de los trabajadores, y haciendo que se alcancen compensaciones
ridículas, que ya forman parte de sus propuestas (50€/mes en total de
compensación por todos los conceptos: alquiler de espacio, gastos de
suministros, mobiliario, comunicaciones…) y que sirven para que las empresas
abonen el terreno para recortes de gastos y futuras reestructuraciones de
plantilla .
●
Ignorando en sus planteamientos la
actualmente en boga jornada de 4 días
semanales sin reducción de sueldo.
●
Dando a la espalda al progreso
social que podría implicar el desarrollo de la automatización mediante la
reducción de la jornada sin reducción de sueldo.
●
Por no apostar claramente por unas
cláusulas de revisión salarial asociadas
al IPC que impidan la pérdida de poder adquisitivo ante la inflación desbocada
que vivimos. Una pérdida de más del 30% que ya en el anterior convenio
consagraron con su firma para el periodo 2010-2019, que ya dieron por perdida,
y que mantienen para el 2020-2023 con una propuesta de subidas por debajo de la
inflación, con más pérdidas de poder adquisitivo, que ya padecemos gracias a su
pasividad y sumisión que ha permitido la dilatación de más de 2 años de la
negociación del mismo sin ningún tipo de movilizaciones.
●
Impedir la subcontratación por convenio, con
la que la patronal disfraza la cesión ilegal, que supone el 50% de la
facturación de las empresas (outsourcing), que consienten y promueven las
propias administraciones públicas, y que da lugar a la proliferación de
empresas “cárnicas”, características del sector.
●
Impedir la compensación y absorción, que
mantuvieron en el anterior convenio y que deja durante años los sueldos
congelados de aquellos que pacten individualmente por encima de las tablas
salariales mínimas.
●
Dignificar los salarios de entrada en el sector de alta cualificación, cuyas cuantías dejaron a la mayoría de categorías de las tablas
salariales por debajo del SMI.
●
Garantizar una adecuada formación continua y durante la jornada laboral, acorde con los avances tecnológicos que se dan en el sector.
●
Incluir medidas de conciliación reales como el
derecho de adaptación de jornada, la jornada intensiva durante todo el verano…
●
Garantizar la subrogación forzosa cuando se
produzca un cambio de empresa para que el trabajador mantenga los derechos y
las condiciones adquiridas por su tiempo de trabajo.
Están reeditando lo
que hicieron entre los años 2010 y 2017, que no es más que engañar a los
trabajadores hasta que llegue un momento donde la Patronal pueda imponer sus
pretensiones.
La única salida que
tenemos los trabajadores, es organizarnos en un sindicato de clase como ASC, es
dejar de ignorar o resignarnos con estos sindicatos, y no confiarlo todo a la
salida individual, la que interesa a la patronal, al salto continuo entre
empresas por encontrar mejores condiciones, pero perdiendo derechos adquiridos,
o la emigración fuera del país, mientras dejamos la precariedad intacta en el
conjunto del sector, porque es una huida continua donde no se consolidan
derechos, y que en tiempos de crisis como la que se está gestando actualmente,
permite a la patronal expulsar masivamente, sin apenas costes, a las plantillas
sin antigüedad, precarizando aún más las condiciones laborales, como una suerte
de juego macabro de las sillas.
Ignorar la
situación no cambiará que estos sindicatos lleguen a componendas con la
patronal. Tenemos que cambiar nuestra actitud, dejando de delegar en otros la
solución de los problemas que nos afectan en nuestros centros de trabajo,
siendo parte activa de la organización de los trabajadores, implicándonos personalmente
en desbancar a los sindicalistas que se presenten por dichas siglas a las
elecciones sindicales, repudiándolos ante nuestros compañeros, y obteniendo
mayorías en los comités de empresa y los órganos de representación para
posteriormente obligar a negociar a los empresarios convenios de empresa, pero
ejerciendo la presión de la movilización junto con los compañeros, y junto con
compañeros de otros centros de trabajo y de otros sectores. Así, a medida que
estos sindicatos sigan cayendo en el número de representantes que obtienen,
irán perdiendo la representatividad como mayoritarios, lo que hará que podamos
expulsarlos de esas mesas de negociación de ámbito superior donde nos
traicionan.
Coordinadora TIC de Alternativa Sindical de Clase
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