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A raíz de la pandemia de COVID-19 de 2020, millones de trabajadores en todo el mundo fueron enviados a sus casas, en muchos casos a teletrabajar, una práctica que acabó consolidándose en muchos sectores. Las empresas tecnológicas de todo el planeta vieron una enorme oportunidad para ahorrar costes, para poder captar talento de otras ciudades o incluso estados o países, pero también una oportunidad de abaratar los costes de despido.
Silicon Valley, una zona de San Francisco que concentra a un gran número de empresas tecnológicas de Estados Unidos, es también conocida por tener precios de vivienda de los más caros en todo el mundo. Tanto es así que hay trabajadores viviendo en sus furgonetas en aparcamientos por no poder costear el precio de una vivienda en la zona.
El teletrabajo permitió a muchos trabajadores del sector poder trabajar para una empresa de Silicon Valley o de grandes centros tecnológicos con precios de vivienda muy elevados, pero trabajando desde sus casas en lugares mucho más asequibles. Esto, que pudiera sonar como una ventaja para los trabajadores, tiene dos grandes inconvenientes.
En primer lugar, poder contratar a trabajadores que necesitan menos dinero para pagar una vivienda, hace que los salarios puedan reducirse. Lo que las empresas hasta ahora habían conseguido mediante la deslocalización -trasladando fábricas a países menos desarrollados para abaratar costes-, el teletrabajo lo permite hacer sin necesidad de trasladar la empresa.
Y en segundo lugar, una consecuencia que hemos podido comprobar recientemente, es que las empresas han usado el teletrabajo como una herramienta para despedir gratis a miles de trabajadores. Esto ha sido reconocido en una encuesta realizada por la empresa de software BambooHR, en la que responsables de recursos humanos de muchas empresas reconocieron que forzaron a sus trabajadores a volver a las oficinas esperando un importante número de renuncias voluntarias, ahorrándose de esta forma los costes de los despidos.
Como ya advertimos en un anterior comunicado, “El aislamiento al que nos vemos sometidos al trabajar desde casa es un arma muy poderosa de desmovilización para las empresas [...] Ese es el modelo que las empresas pretenden imponer, la vuelta al pasado, la eliminación de la jornada laboral y, por tanto, la uberización del mercado laboral, convirtiéndonos cada vez más a los trabajadores en falsos autónomos [...] que realizan tareas sin horario”. A todo esto hay que sumar la posibilidad de forzar la vuelta a la oficina para conseguir despidos gratis.
NTT DATA podría en cualquier momento, ante la necesidad de despedir a un importante número de trabajadores, recurrir a esta táctica, ya que la ley les permite eliminar el teletrabajo en cualquier momento, al ser algo totalmente voluntario por ambas partes. De esta forma, muchos trabajadores que ahora están asignados a un centro de trabajo de otra ciudad distinta a la que viven, podrían verse forzados a mudarse de ciudad o renunciar a su puesto de trabajo.
Por tanto, tenemos que volver a insistir: Es imprescindible que demos un paso al frente y nos organicemos, puesto que aislados es como la empresa nos quiere, divididos e individualizados estamos a su merced, pero unidos y organizados tenemos toda la fuerza. Ponte en contacto con nosotros y comienza a defender tu presente y tu futuro.
