Este sistema intenta individualizar al máximo las relaciones
laborales, de forma que un trabajador se enfrente completamente aislado al
mundo del trabajo, que afronte la negociación de sus condiciones de trabajo
individualmente frente al departamento de recursos humanos de una
multinacional, que invierte millones de euros en someter y explotar al máximo a
todos los trabajadores.
Fruto de esta individualización, las condiciones laborales de la clase trabajadora son cada vez más precarias, habiéndose reducido en los últimos años su poder adquisitivo. Mientras un trabajador intenta mejorar sus condiciones de forma aislada, los empresarios controlan el mercado, redactan leyes y aplican todas las medidas para seguir ganando más beneficios a nuestra costa, robándonos no sólo la riqueza que generamos con nuestro trabajo de forma directa, sino también robándonos de forma indirecta a través de todos los mecanismo que el Estado, una herramienta hecha por y para ellos, les facilita.
Esta pérdida de poder adquisitivo de los salarios, ha llevado a muchos trabajadores a aceptar la realización de horas extra como un mal menor para poder subsistir. Como siempre, el sistema nos ofrece la alternativa del mal menor para que no cuestionemos nada más, para que pensemos que hemos elegido nosotros lo que claramente es un perjuicio, tanto individual como para toda nuestra clase.
La realidad es que la realización de horas extra, lejos de solucionar los problemas de precariedad cada vez más graves que acucian a los trabajadores, es un tiro en el pie de toda la clase trabajadora.
En primer lugar, según datos del Instituto Nacional de Estadística, el 48% de las horas extras realizadas en los últimos 10 años no fueron remuneradas, lo que demuestra que intentar regular la realización de horas extra no tiene ningún impacto real, ya que quien controla la economía es quien dirige todo en la sociedad, pudiendo eludir todo tipo de leyes y regulaciones.
En segundo lugar, el exceso de horas de trabajo es altamente perjudicial para la salud y, literalmente, está matando en el mundo a más personas que la malaria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cada año, 750.000 personas mueren de enfermedad coronaria isquémica y apoplejía, debido a largas jornadas de trabajo. Quienes directamente no mueren por exceso de trabajo, sufren las consecuencias del estrés en numerosos aspectos de la salud (ansiedad, depresión, enfermedades cardiovasculares, etc).
En tercer lugar, la realización de horas extra perjudica al conjunto de la clase trabajadora, puesto que supone la no creación de miles de puestos de trabajo para los millones de personas que se encuentran parados (muchos más que lo que muestran las tramposas estadísticas de los gobiernos de turno). Sólo en el segundo trimestre de 2023, las horas extra no pagadas impidieron crear 64.490 puestos de trabajo en España (sin contar con las horas extra remuneradas, que extrapolando las estadísticas del INE de los últimos 10 años supondrían aproximadamente otros 65.000 puestos de trabajo).
Pero además, la realización masiva de horas extra es un mecanismo de flexibilidad para las empresas que redunda en más precariedad para los trabajadores, ya que las empresas evitan así tener más personas contratadas o ampliar los contratos parciales, por lo que la parcialidad y la precariedad aumentan, y los trabajadores se ven más forzados aún a realizar horas extra para sobrevivir, entrando de esta forma en una espiral de pérdida de poder adquisitivo.
Los trabajadores conscientes debemos luchar contra la realización de horas extra, puesto que suponen un enorme ataque a los trabajadores, tanto individual como, sobre todo, colectivamente. Desde Alternativa Sindical de Clase hacemos un llamamiento a toda la clase trabajadora a organizarse y luchar por unas condiciones de trabajo que permitan hacer desaparecer las horas extra, aumentar nuestros salarios, mejorar nuestros horarios y, en definitiva, tener unas condiciones de vida dignas. Sólo la organización y la lucha pueden garantizar un futuro digno para los trabajadores. Aislados, las empresas nos explotan cada vez más. Organizados y movilizados, los trabajadores somos capaces de todo.
¡Fortalece el
sindicalismo de clase!
¡Organízate en
Alternativa Sindical de Clase!
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