El pasado 13 de septiembre los medios publicaban la noticia de la tercera víctima mortal a causa del temporal que se ha vivido estos días en el levante español. En este caso un hombre murió ahogado en Almería tras quedar atrapado en el interior de su vehículo . El alcalde de la ciudad de Almería hacía un llamamiento para que los vecinos se quedaran en sus casas, habiéndose suspendido las clases.
La región de Murcia ha estado estos días por primera vez en la historia en alerta roja al completo. La consejera de Transparencia, Participación y Administración indicó a los medios que todos los edificios públicos han permanecido cerrados e insistía a los ciudadanos en no salir de casa si no era "estrictamente necesario". Pero, ¿qué opciones tiene un trabajador en este caso?
Al ser consultada la consejera en un medio de radio nacional sobre los trabajadores de empresas privadas (ya que los edificios públicos habían cerrado), la consejera aclaró rápidamente que con las empresas privadas no se puede hacer nada, a lo que la periodista de turno contestaba que por supuesto. Y es que la empresa privada es el dios de nuestra sociedad y su palabra va a misa.
Ante la libertad de las empresas para hacer lo que se les antoje frente a estas situaciones, ¿cómo pueda actuar un trabajador? Si consultamos el Estatuto de los Trabajadores, podemos ver cómo el artículo 47.3 indica que "el contrato de trabajo podrá ser suspendido por causa derivada de fuerza mayor", permitiéndose incluso rescindir contratos debido a esta causa, tal como indica el artículo 51.7 sobre los despidos colectivos.
La ley está perfectamente pensada para que las empresas puedan salvaguardar sus beneficios ante causas de fuerza mayor. Pero ¿qué ocurre con los trabajadores? Si por fuerza mayor la empresa puede continuar con su actividad pero somos nosotros los que no podemos desplazarnos sin arriesgar nuestra integridad física o incluso nuestra vida, las opciones que tenemos son, bien perder la parte proporcional de nuestro salario por una ausencia (aunque estaría justificada por fuerza mayor) o, en el caso de que la empresa lo permitiera, recuperar las horas no trabajadas en otro momento. ¿Qué pasaría si un temporal durara una semana? ¿Quién se puede permitir perder una semana de salario? ¿Cómo puede recuperar una semana de trabajo un trabajador con jornada reducida por guarda legal por cuidado de hijos? En este caso, la única opción que nos quedaría sería la de arriesgar nuestra integridad y acudir al trabajo a pesar de las advertencias de las autoridades al respecto.
La única ley verdadera en este sistema es la de la empresa privada, la que concede libertad absoluta y facilidades legales totales para explotar trabajadores, pero la que nos pone todas las trabas a nosotros ante cualquier circunstancia que afecte lo más mínimo a los beneficios empresariales.
Y eso precisamente es lo que ha ocurrido estos días en el centro de everis Murcia, en el que algunos compañeros han tenido que decidir si merece la pena arriesgar sus vidas para no perder parte de su ya exigua nómina o para no tener que recuperar las horas no trabajadas teniendo en cuenta los interminables horarios que en muchos casos nos mantienen en la oficina un mínimo de 10 horas al día.
Si la dirección de everis tuviera siquiera un gramo de humanidad, si los trabajadores fuéramos algo más que números a la hora de obtener cada vez más beneficios, podría haber comunicado a los trabajadores afectados que podían permanecer en sus casas sin recuperar esas horas ni perder ese dinero (independientemente de si tenían o no posibilidad de realizar teletrabajo, ya que no todo el mundo puede). Pero resulta cada vez más evidente lo poco que le importan nuestras vidas a la empresa para la que generamos millonarios beneficios con nuestro trabajo, más allá de poder sobrevivir un día más para seguir generando riqueza que llene los bolsillos de quienes nos explotan.
Entender esta realidad es vital para comprender que cualquier mejora sustancial en nuestras condiciones laborales va en contra de esos beneficios y que por tanto la empresa (y muchos de sus secuaces) harán lo posible por impedirlo. Es por ello que los trabajadores tenemos que organizarnos para luchar por nuestros intereses porque nadie va a hacerlo por nosotros.
¡FORTALECE LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES, ÚNETE A CSC!
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