Con un total
acumulado de 32 desde junio de 2019,
everis Centers continúa su incesante goteo de despidos
disciplinarios, usando el Artículo
54 del Estatuto de los Trabajadores
que indica que el despido está “basado en
un incumplimiento grave y culpable del trabajador”. Esto es, la empresa
impone la sanción máxima a estos trabajadores, la gran mayoría de las veces por
una supuesta disminución en el rendimiento laboral, sin aportar prueba ninguna,
sin previo aviso y reconociendo a la misma vez la improcedencia del despido al
entregar al trabajador despedido un documento con el finiquito incluyendo la
indemnización por despido improcedente.
Como vemos, en el
mismo correo en el que la empresa
despide disciplinariamente alegando disminución del rendimiento laboral, se deduce claramente que esa supuesta
disminución no es más que una invención al reconocer la improcedencia del
despido. Un auténtico despropósito que refleja el poco respeto que everis
siente por las leyes, que interpreta a su antojo para hacer y deshacer como le
convenga, y menos respeto aún por los trabajadores.
Por tanto, everis
no necesita motivos para imponer a un trabajador la sanción más grave que la
ley permite, despojándolo de su puesto de trabajo de una forma tan rastrera y
deshaciéndose de los trabajadores que le ‘sobran’. Esta es la realidad de esta
empresa y del mundo del trabajo en este sistema; por mucho que lo disfracen de
democracia, la única libertad que tenemos los trabajadores es la de morirnos de
hambre, ya que nuestros puestos de trabajo, nuestro sustento, no nos pertenecen
y las empresas no dudan en darnos una patada y mandarnos a la calle sin
pestañear.
En este caso, el 30 de noviembre era despedido
disciplinariamente J.I.R.G., el 17 de
diciembre, L.G.M.G. y el 21 de
diciembre, J.A.C.M. Otros 3 compañeros que engrosan la lista de despidos
disciplinarios, compañeros que cumplían con sus labores como cualquier otro
pero que en un momento dado a la empresa les ‘sobraban’, compañeros que no
estaban organizados en la Coordinadora Sindical de Clase, y que de la noche a
la mañana han descubierto que la realidad de las empresas es así de cruel.
Esta misma realidad
se vive en otras muchas empresas, que usan la misma fórmula, o en tantas otras
donde distintas modalidades de contrato mantienen a los trabajadores pendientes
de una posible renovación o directamente de que les vuelvan a llamar, dado que el
despido después de cierto tiempo trabajado está garantizado para no hacer
evidente el fraude de ley.
Estos casos nos
reafirman una vez más en la necesidad de estar organizados para repeler estos
ataques de las empresas contra los trabajadores, ya que cuando se produce el
despido es en general demasiado tarde para actuar. Muchos compañeros se ponen
en contacto con nosotros cuando esta realidad que venimos denunciando día tras
día les afecta personalmente, pero lamentablemente ese es el peor momento. Compañeros,
no dejéis que llegue el fatídico momento en el que la empresa arremeta contra
vosotros personalmente, pues cada ataque a un trabajador individual es en
realidad un ataque a toda la clase trabajadora, y como clase, unidos y organizados, debemos responder. No esperéis a
que sea demasiado tarde y poneos en contacto con nosotros cuanto antes
para comenzar a organizarnos.
¡FORTALECE LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES, ÚNETE A CSC!
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