Desde que el pasado lunes 4 de noviembre se activaran todas las alarmas a causa del ataque ransomware sufrido por everis, hemos podido comprobar estos días el caos organizativo fruto de unas políticas enfocadas únicamente en obtener el máximo beneficio al mínimo coste.
En primer lugar, las políticas salariales de everis hacen inviable tener un número de trabajadores adecuado para tareas de ciberseguridad en una compañía de este tamaño, ya que esos puestos de trabajo no se pueden rentabilizar como el resto al estar dedicados mayoritariamente a tareas que no pueden imputarse a un proyecto concreto.
Además, el afán por no perder un minuto de productividad, por no tener trabajadores que no estén generando beneficios constantemente, ha supuesto un caos organizativo en cuanto a las diferentes directrices recibidas por diferentes equipos conforme al modo de proceder, recibiéndose órdenes contradictorias. La falta de un canal de comunicación oficial y de transparencia ante lo sucedido, y la ausencia de varias herramientas corporativas, ha ocasionado un desconcierto total, llegando la empresa a transmitir instrucciones a pleno grito por las instalaciones, o mediante mensajería privada en los teléfonos personales de los trabajadores. Todo esto ha generado situaciones inaceptables, como sugerir a trabajadores que cojan días de vacaciones, una coacción inaceptable que no debemos permitir.
El ahorro en costes salariales que durante años ha permitido a everis obtener beneficios millonarios a costa de nuestro trabajo, se puede ver ahora convertido en enormes pérdidas, motivadas no ya sólo por las horas de trabajo perdidas por la inoperatividad sufrida estos días, sino por la desconfianza generada en diversos clientes, puesto que el ataque ha trascendido en los medios de comunicación a nivel mundial.
Un ejemplo claro de esto es lo sucedido en Argentina, donde everis está a cargo del soporte del sistema de Gestión Documental Electrónica (GDE) que administra todos lo expedientes digitales del Estado argentino, siendo everis la única proveedora. El portal argentino El Destape revelaba el 5 de noviembre algunos detalles de este caso, señalando “la debilidad de esta empresa [everis] a cargo del cuidado de los archivos públicos de la era Macri”, así como que everis “no cuenta con back up, es decir, con una copia de seguridad de todo los documentos y expedientes públicos de los 4 años de la presidencia de Mauricio Macri”.
Continúa el artículo, “El sistema GDE no tiene un plan ante desastres, no funciona la mayor parte del día, no garantiza confidencialidad ni existe control sobre quienes lo usan, menos de la mitad de las personas que lo utilizan fue capacitada, no está claro de quién es la licencia y, para colmo, el Gobierno no dejó que se auditara de forma completa. Todas estas falencias del sistema cuyo soporte provee Everis constan en documentos oficiales de la Auditoría General de la Nación (AGN)”.
Y añade, “Tal como informó este medio, la AGN advirtió que uno de los riesgos que presenta el sistema GDE es que fue tercerizado en un único proveedor: Everis. El informe de la AGN advirtió que además de los vaivenes propios de cualquier empresa (quiebra, cambios comerciales, cambio de prioridades, etc.) este vínculo con Everis vulneraba «las buenas prácticas para la administración de servicios de terceros y para la administración de riesgos de proveedores»”.
Es evidente la pérdida de reputación y credibilidad que va a sufrir everis con este ataque, porque además no se han realizado correctamente las comunicaciones con clientes que han visto peligrar también sus sistemas por posibles contagios.
Viendo como se gestionan las cosas en everis era cuestión de tiempo que algo así sucediese, y no solo debido a un ciberataque, sino por cualquier otro error derivado de un modelo de gestión basado en exprimir a los trabajadores al máximo, en subestimar el tamaño de los equipos para ahorrar costes laborales y en una política salarial tan nefasta que tiene varias categorías cobrando el salario mínimo interprofesional (SMI).
Toda la propaganda sobre retener el talento, sobre que lo importante son las personas, se viene abajo como un castillo de naipes cuando las circunstancias muestran la realidad, que para everis sólo somos números, que sus beneficios se basan en nuestras pésimas condiciones laborales, y nos hace preguntarnos una vez más, ¿en manos de quien estamos?
Estando cerca el final del año 2019 y con ello la época de las subidas anuales y los bonos, las pérdidas que previsiblemente deberá afrontar everis (las casi seguras relativas a la inactividad de estos días y las posibles pérdidas de proyectos por la desconfianza generada) pueden salir de dos partidas, de los beneficios de la empresa (que el último año fiscal superaron los 100 millones de euros), o de la relativa a subidas y bonos. Esto, sumado al nuevo giro de tuerca de everis que individualiza y vuelve ambiguo por completo el proceso de subidas anuales, hace que parezca fácil deducir de dónde va a salir la cantidad necesaria para cubrir las posibles pérdidas.
De momento, en un correo enviado por el CEO Fritz Hoderlein, ya nos dejan caer que “hemos tenido que tomar decisiones difíciles pero necesarias y que están generando momentos complicados para todos los que formamos everis”. Ya sabemos por experiencia quienes pagan estos errores y a quienes acaban afectando esas decisiones difíciles: a los trabajadores. Es por ello que ante las posibles medidas que puedan afectar a nuestros puestos de trabajo y nuestras condiciones laborales, es más importante que nunca estar organizados, por lo que os animamos a poneros en contacto con nosotros.
Nuestro futuro está en juego si no nos organizamos y luchamos por dirigir nuestras vidas, si los trabajadores no empezamos a tomar las riendas de las decisiones que nos afectan, a defender nuestros derechos y unas mejores condiciones laborales de forma colectiva. Buscar una salida individualmente a algo que nos afecta de manera colectiva, tan solo nos traerá a la larga más miseria. Es hora de que demos un paso al frente.
¡FORTALECE LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES, ÚNETE A CSC!
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