El ejercicio efectivo de la libertad de asociación y del derecho de sindicación y la posibilidad efectiva de que las organizaciones de trabajadores organicen su administración y sus actividades y formulen sus programas no pueden concebirse y aplicarse sin la consiguiente utilización sin trabas de la forma más decisiva de lucha sindical, a saber, la huelga.
Para la Federación Sindical Mundial está claro que el derecho sagrado y no negociable a la huelga está directa y necesariamente vinculado a la Libertad Sindical y a la Protección del Derecho de Sindicación consagradas en el Convenio 87 de la OIT y es plenamente conforme con el espíritu y el contexto y a la luz del objeto y la finalidad del tratado, en particular el artículo 3, y no conduce a un resultado manifiestamente irrazonable o injustificable.
Convenio 87 – Artículo 3 Las organizaciones de trabajadores y empresarios tendrán derecho a redactar sus estatutos y reglamentos administrativos, a elegir libremente a sus representantes, a organizar su gestión y sus actividades y a elaborar su programa de acción.
- Las autoridades públicas deberán abstenerse de toda intervención que tienda a limitar este derecho o a entorpecer su ejercicio legal.
Esta posición, aparte de la interpretación consensuada de la Comisión de Expertos de la OIT, se ve confirmada por el hecho de que durante décadas la interpretación evidente de que el derecho de huelga está incluido y garantizado por el Convenio 87 fue aceptada por todos.
No es casualidad que la contestación comenzara en torno a 1989, cuando la relación de fuerzas y el equilibrio de poder a nivel internacional estaban cambiando drásticamente y se señalaba a todos los niveles un ataque consciente por parte del capital y la patronal contra las adquisiciones laborales, sindicales y sociales.
No es casualidad que en el largo período de las múltiples y sucesivas crisis capitalistas que venimos padeciendo, junto con el ataque cruel y sin cuartel a los salarios y demás derechos laborales y sociales derechos de los trabajadores, se intensifique el ataque a las libertades sindicales y democráticas.
Especialmente en condiciones de subida de precios e inflación, donde se devalúa la fuerza de trabajo y se deteriora el nivel de vida de los trabajadores, se intensifica el ataque a las libertades democráticas y sindicales con el fin de silenciar a los trabajadores y limitar su capacidad para defender sus intereses de clase y plantear sus justas reivindicaciones. Al mismo tiempo, no se puede dejar de subrayar una vez más la actitud selectiva e hipócrita del grupo patronal respecto a la competencia de la Comisión de Expertos de la OIT. Es bien sabido que en una serie de conclusiones de la Comisión de Expertos que estaban en consonancia con los intereses del capital y del imperialismo, el grupo de los empresarios no sólo las aceptó sino que además las propuso. La aceptación y aprobación à la carte de la validez y jurisdicción de la Comisión de Expertos revela su actitud instrumental, ulterior e interesada y, por lo tanto, deconstruye completamente sus argumentos y afirmaciones.
La Federación Sindical Mundial considera que, a pesar y más allá de los procedimientos previstos en la Constitución y el Reglamento de la OIT para la resolución del conflicto, la esencia de las cuestiones no se agota ni puede agotarse en una confrontación y un procedimiento legalistas que siempre entrañan riesgos y enturbian la verdadera esencia de las cuestiones y los conflictos laborales. El movimiento sindical de clase condena el cuestionamiento del derecho de huelga y lucha por su salvaguardia jurídica, institucional y contractual en todos los países del mundo.
Sin embargo, es bien sabido que incluso los convenios cuya interpretación no se discute se violan a diario en innumerables lugares de trabajo, incluso en países que los han ratificado y que, por tanto, están obligados a aplicarlos. Al mismo tiempo, se siguen registrando violaciones en ámbitos y derechos cubiertos por los cinco derechos fundamentales de la OIT, lo que subraya la necesidad de disponer de métodos eficaces para garantizar en la práctica el acervo y los derechos de los trabajadores.
Está claro que la existencia de un movimiento sindical clasista y combativo es el parámetro esencial, decisivo e insustituible para garantizar que el derecho de huelga, así como los contratos, la negociación colectiva, la legislación laboral y las conquistas de los trabajadores no sean sólo palabras sobre el papel y se apliquen en la práctica. La FSM llama a luchar en todos los países, sectores y lugares de trabajo para garantizar en la práctica el sagrado derecho de huelga.
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