Hace unas semanas, los sindicatos amarillos del sistema CCOO y UGT, junto con el no menos vertical Fetico, firmaban un nuevo ERE en Telefónica que dejará en la calle a 3.421 trabajadores.
Tan sólo unos días después de una nueva firma de traición a los trabajadores, Telefónica anunciaba que prepara un nuevo plan de bajas voluntarias para reducir aún más el número de trabajadores de la plantilla, que quedará en torno a los 16.000 trabajadores, habiendo destruido alrededor de 60.000 puestos de trabajo en los últimos 30 años, siempre con la complicidad de esos sindicatos vendidos.
El panorama es desolador en una empresa que fue privatizada por los gobiernos de Felipe González y José María Aznar, en operaciones que sólo han traído miseria a la clase trabajadora. Pero más desolador es echar un vistazo a todo el sector TIC, que nos muestra un futuro muy negro a los trabajadores si no nos organizamos.
En el primer mes de 2024 ya se han producido miles de despidos en empresas del sector. Empresas como Twitch (Amazon), Google, Discord, Duolingo o Unity están realizando despidos masivos, unos despidos que afectarán tarde o temprano a todo el sector, ya que miles de profesionales que han perdido su puesto de trabajo entran ahora a competir por otros puestos, abaratando de esta forma el salario de las ofertas de empleo, al haber más aspirantes para cada puesto de trabajo.
Estos despidos se suman a los más de 240.000 despidos (al menos) que se produjeron en 2023 en empresas del sector, despidos que muchas de estas empresas ya justifican en base a la automatización y la implantación de IAs.
De hecho, en una encuesta realizada por PricewaterhouseCoopers, alrededor de una cuarta parte de los CEO de empresas de todo el mundo tienen intención de despedir al menos al 5% de sus plantillas, habiendo adoptado un tercio de esas empresas alguna IA generativa.
Además de esto, para ahorrar en esos despidos, estas empresas no dudan en usar las más sucias tácticas intentando que sean los propios trabajadores los que abandonen sus puestos de trabajo, renunciando así a cualquier tipo de indemnización. Trabajadores de Amazon ya han denunciado públicamente las tácticas usadas por la empresa para reducir la plantilla. Rizando el rizo, una empresa china trasladó sus oficinas a una zona remota en las montañas para obligar a sus trabajadores a presentar su dimisión.
Para estas empresas los trabajadores no somos más que números, mercancía reemplazable. Nos deshumanizan por completo y no dudan en emplear cualquier método para despojarnos de nuestro sustento de vida con tal de engrosar sus cuentas de beneficios.
Ante este panorama los trabajadores sólo tenemos una salida: la organización. Es imprescindible que el sindicalismo de clase se abra paso en todas las empresas en las que no esté presente, por lo que desde Alternativa Sindical de Clase (ASC) hacemos un llamamiento a todos los trabajadores a dar un paso al frente, organizarse y a extender el sindicalismo de clase en sus centros de trabajo. Nos jugamos nuestro futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario