El pasado lunes 11 de abril, la empresa
sorprendió a los delegados del Comité que forman parte de la Mesa de
Negociación convocando la 10ª reunión de
negociación sobre las condiciones de teletrabajo, más de cuatro meses
después de la última reunión y sin haber respondido con claridad a la cuestión
que el Comité de Empresa le planteó hasta en dos ocasiones por escrito y que
motivó que la última reunión finalizase antes de tiempo, a saber, si la postura
de la empresa se mantenía inamovible en la última cantidad propuesta.
Al comenzar la
reunión, esperábamos que el primer movimiento de la empresa fuera aclarar esto
último, pues era lo que mantenía la negociación bloqueada. Sin embargo, nos
encontramos con que, con actitud agresiva y chulesca, nos recriminaba no haber
hecho una propuesta en la que demostrásemos lo que ya habíamos indicado en
hasta dos ocasiones y que volvimos a reiterar una tercera vez: nuestra postura
no es inamovible y estamos dispuestos a seguir negociando. Los delegados de ASC
en la Mesa de Negociación hicimos ver que, en primer lugar, esa propuesta no se
nos había pedido, y en segundo lugar, que no tenía sentido que el Comité
trabajase en una propuesta hasta que la empresa no indicase claramente que
estaba dispuesta a seguir negociando, es decir, que su última propuesta no era
inamovible.
Tras esto, los
representantes de la empresa pidieron un receso para valorar la situación, y al
volver plantearon lo siguiente:
●
Cuantía mensual: 27,5 €/mes (11 mensualidades de 30€).
●
Cuantía inicial: ninguna.
●
Retroactividad: ninguna.
Dejando claro en todo
momento que la empresa no iba a conceder retroactividad bajo ningún concepto, y
que la subida de la cuantía mensual respondía a esta negativa a negociar la
retroactividad. Tras lo cual, la reunión se dió por finalizada a la espera de
que el Comité tome una nueva postura al respecto.
¿Por qué la empresa
plantea ahora retomar la negociación y no hace cuatro meses? Probablemente
porque con el fin de la obligatoriedad de usar mascarillas en interiores, se
acerca el momento en que deje de considerarse el teletrabajo como medida de
prevención contra la Covid, que era la única razón por la cual, según el Real
Decreto 28/2020 de 22 de septiembre y la posterior ley Ley 10/2021 de 9 de
julio de trabajo a distancia, se podía mantener a los trabajadores
teletrabajando sin acuerdo previo respecto a las compensación de los gastos.
Por lo tanto, vemos
que NTT Data, que presume de beneficios millonarios, así como de cuantiosas
donaciones al gobierno nazi de Ucrania, por una parte, ha estado retrasando al
máximo la negociación del teletrabajo, y por otra, pretende obviar por completo los gastos que los trabajadores llevamos
asumiendo desde marzo de 2020.
Desde ASC,
consideramos que esta propuesta continúa siendo claramente insuficiente, pues
en estos meses de silencio hemos visto como la electricidad y el gas se encarecían batiendo records día tras día.
Sin embargo, en aras de alcanzar un acuerdo, hemos llevado al Comité la
siguiente propuesta para que sea valorada y aprobada por el mismo:
Ante esta propuesta
de ASC, los delegados de Actúa
respondieron con un documento con el que pretendían
aprobar la propuesta de la empresa con el pretexto de “no retrasar la compensación de gastos a todos los trabajadores de la
compañía” indicando que se debería seguir negociando posteriormente tanto
la retroactividad como la evolución
de la cuantía de compensación. Es
evidente la contradicción de pretender que se siga negociando un acuerdo
después de haberlo aprobado, la cual sólo puede explicarse atendiendo a dos
razones: o bien los delegados de Actúa no tienen ni idea de cómo funciona una
negociación (no sería la primera vez que presumen de ignorar los principios más
elementales en la defensa de los derechos de los trabajadores), o bien son
perfectamente conscientes de lo que están proponiendo, pero pretenden engañar
al resto del Comité y a los trabajadores.
Por su parte, la
actitud de CCOO no se queda atrás en cinismo e hipocresía. En primer lugar,
proponiendo un orden del día que prácticamente daba por hecho que la propuesta
de la empresa iba a aprobarse, sin dar pie a que el Comité estudiase ninguna
alternativa:
Tanto es así, que
cuando desde ASC enviamos la propuesta mencionada arriba, la Presidenta planteó
que el punto tres solo puede ser para
decirle a la empresa sí o no aceptamos lo que nos proponen. Esto,
claramente difiere con la literalidad del enunciado del punto tres (“Mandar correo a la empresa con lo acordado en el pleno.”) en
el cual cabe perfectamente valorar cualquier alternativa que los miembros del
Comité quisieran proponer. Por otro lado, la alternativa de incluir un cuarto
punto va contra el reglamento, pues al tratarse de un pleno extraordinario, no
cabe modificación del orden del día, algo que la Presidenta debería saber.
Pero el esperpento
llegó a su culmen cuando la delegada V.P.S. pidió la palabra
para, con una actitud victimista, recordar que en enero presentaron una
propuesta que fue rechazada tras el correspondiente debate. Las razones
esgrimidas en ese debate fueron totalmente obviadas por CCOO, así como el hecho
de que las circunstancias han cambiado desde enero, principalmente porque la
actitud de la empresa ha cambiado. Sin embargo, aquella votación sirvió de
excusa a CCOO para, por una parte no
presentar ninguna propuesta propia, y por otra, no apoyar ninguna otra propuesta. Tampoco es la primera vez que
vemos que CCOO vota en función del resentimiento en lugar de valorar cómo
afecta a los trabajadores el asunto votado.
Finalmente, el
resultado de las votaciones fue el siguiente:
Como vemos, sólo
los delegados de ASC tuvimos las ideas lo suficientemente claras como para
apostar por continuar con la negociación en nuestro empeño por conseguir las
mejores condiciones posibles para los trabajadores. Por su parte, CCOO rechazó
tanto la propuesta de la empresa como la de Actúa (que a la postre venía a ser
lo mismo), pero no quiso apoyar la única alternativa que había sobre la mesa.
Por otro lado, Actúa se posicionó claramente en contra de la mejor opción para
los trabajadores, mientras que no quiso ni apoyar ni rechazar la propuesta de
la empresa.
Así pues, a pesar de los intentos de unos y otros de tildarnos de inflexibles y dictatoriales, seguimos demostrando que somos la única sección sindical que realmente trabaja para conseguir que la negociación finalice con las condiciones más beneficiosas para los trabajadores, aún sabiendo que estamos en inferioridad (tanto en el Comité como en la mesa de negociación), y que sólo la plantilla organizada puede conseguir mejoras sustanciales. Sólo la plantilla organizada puede hacer que la empresa deje de estar en una posición de fuerza que a día de hoy le permite menospreciar y vilipendiar a los trabajadores.
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