miércoles, 8 de febrero de 2017

La solución no está fuera: organízate y lucha

En julio de 2010 Barack Obama, ex-presidente de los Estados Unidos, anunciaba un contrato millonario con Abengoa para construir una planta solar. 2.000 millones de dólares para dos proyectos solares a repartir entre la propia Abengoa y la estadounidense Abound Solar Manufacturing.


El 14 de noviembre de 2016 los medios anunciaban la salida de concurso de acreedores de Abengoa. A pesar de eso, continúan los despidos.

El 9 de enero de 2017 los medios publicaban que Abengoa prescindirá del 30% de sus investigadores en energía solar.

En el último año la plantilla de Abengoa ha pasado de 32.000 a 16.000 trabajadores a nivel mundial. Los trabajadores despedidos no pudieron elegir irse a otra empresa, los mandaron forzosamente a la cola del paro. Los 16.000 trabajadores que quedan tampoco pueden elegir irse a otra empresa libremente; no en un país con más de 4 millones de parados, con cerca de un 15% de trabajadores en situación de pobreza y donde la mitad de los trabajadores no están contentos con su actual empleo.

En julio de 2016, Indra acordaba con UGT, CCOO y USO un ERE para despedir a 400 trabajadores.

El 19 de enero de 2017 Air Berlin pactaba un ERE con el sindicato USO para despedir a 54 trabajadores, casi todos en Mallorca, lo que supone más de la mitad de la plantilla.

En octubre de 2016, BBVA anunciaba el cierre de 100 oficinas y el despido de 444 trabajadores, a pesar de ganar un 64% más que el año anterior, lo que sumado a las 436 oficinas cerradas de Catalunya Banc, y los 1.556 trabajadores despedidos, supone un total de 536 oficinas menos y 2.000 trabajadores en la calle.

En noviembre de 2016, Banco Popular anunciaba un "ahorro" de 200 millones al año con el despido de 2.592 trabajadores.

En diciembre de 2016, CLH anunciaba que dejaría sin convenio a 1.100 trabajadores, a pesar de unos beneficios de 170 millones en 2015 y de 40 millones en el primer trimestre de 2016.

En diciembre de 2016, Orange despedía a un trabajador con reducción de jornada por cuidado de hijos con más de 10 años de antigüedad en la empresa.

En julio de 2016 Mercadona despedía a dos trabajadoras por comerse un ‘saladito’ de 15 céntimos que iba caducar.

En noviembre de 2016 se publican los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre del año, que revelan que los empresarios españoles no pagan casi la mitad de las horas extraordinarias que realizan los trabajadores.


El número de empresas españolas que crean productos o servicios de innovación pasó de 42.206 en 2008 a 18.511 en 2014.

Desde el 2008 hasta enero de 2016, 45.000 empresas españolas han entrado en quiebra.

España tenía en marzo de 2016 49.684 fábricas menos que en 2008.

Los miles de trabajadores que son enviados a las listas del paro un mes tras otro no pueden elegir, no tienen la libertad de cambiar de trabajo. Muchos se ven forzados a abandonar su país, para acabar descubriendo en muchos casos, que la Europa del bienestar es una farsa:

En Finlandia, casi el 13% de la población (700.000 personas) viven por debajo del umbral de la pobreza. Los bancos de alimentos atienden a más de 22.000 personas cada semana. El 44% de los usuarios que acuden a ellos, dispone de menos de 100 euros al mes para vivir; casi un tercio vive con entre 100 y 300 euros al mes.


Suecia terminó 2015 con un 14,5% de su población en riesgo de pobreza; Noruega con un 11,9%; Dinamarca, un 12,2%.

Fuera de Europa, los países más desarrollados están sumidos en la misma crisis sistémica:


En Australia, cerca de 3 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza, según el Consejo Australiano de Servicio Social.



Cuando un trabajador ve la situación en la que se encuentra la empresa en la que trabaja, cuando se siente explotado, cuando no se siente valorado, la primera solución, la que nos han enseñado a creer que es la panacea, es buscar otro trabajo. En la época dorada del sector TIC, en un par de semanas, un trabajador encontraba sin demasiada dificultad otro puesto de trabajo mejor remunerado y con mejores condiciones. Hoy, miles de esos trabajadores están afectados por EREs. Con suerte, han encontrado un trabajo precario donde son explotados.

En CSC estamos convencidos de que la solución pasa, ineludiblemente, por la unidad y la organización, por movilizarnos, por luchar por nuestras condiciones y defender nuestros puestos de trabajo. Los derechos de los trabajadores han costado siempre luchas, huelgas y manifestaciones, porque nadie nos ha regalado nunca nada. ¡Únete a nosotros y pasa a la acción!

No hay comentarios:

Publicar un comentario